Esta
tarde te he podido ver. Desde la distancia he observado tu barba de
tres o cuatro días, tus piernas que corren sin ir hacia ningún lado, y
tu media sonrisa. No te has dado cuenta de mi presencia, y yo no he
podido dejar de extrañarte. Intento hacerme la despistada, no desviar
mis ojos hacia tu cuerpo, estás a una carrera de distancia y de momento
el orgullo va ganando. ¿Quieres saber algo de mí? Sigues siendo aquel
chico al que me gustaba hacer reír. Y te miro desde lejos, y el chico al
que tanto creía querer está ahí, pero yo no, amor, yo desde que te
fuiste no sé dónde estoy.
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