El día en que Caperucita se enfrentó a sus miedos, se abrigó con la piel del lobo.
lunes, 24 de febrero de 2014
Tenía
ganas de hablarte, pero tú ni me mirabas. Tu risa era incesante, y mi
llanto te gritaba. Tu mirada era veneno, tu sonrisa era pecado, tu boca
un caramelo y yo un niño desesperado.
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